2019 – Travesías de mares y acequias. Legado afro en Alta Gracia.

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Travesías de mares y acequias. Legado afro en Alta Gracia.

Publicado: marzo 27, 2019 en EventosNoticiasPrensa

Instalación plástico-escénica de la artista Hilda Zagaglia en el Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers.

Inauguración: viernes 29 de marzo a las 18:30 hs. Avenida Padre Viera esquina Paseo de la Estancia, Alta Gracia.

Metaphora circula en la ciudad, nos transporta con sus habitantes, en todo tipo de trayectos, con encrucijadas, semáforos, direcciones prohibidas, intersecciones o cruces, limitaciones o prescripciones de velocidad. De cierta forma – metafórica, claro está, y como un modo de habitar – somos el contenido y la materia de ese vehículo: pasajeros, comprendidos y transportados por la metáfora (Jacques Derrida, La deconstrucción en las fronteras de la filosofía. La retirada de la metáfora. Barcelona, 1989).

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UN CAMINO ANDADO

Desde años atrás la artista Hilda Zagaglia integra el Grupo Córdoba Ruta del Esclavo y es en este ámbito interdisciplinario, que fijó su atención en la invisibilización de esclavos negros traídos a nuestras tierras desde África: “Miro lo producido e imagino sus manos, sus vidas, en un espacio que hoy es nuestro lugar, patrimonio de la humanidad.” Con perspectiva estética y de memoria ha ideado intervenciones en un recorrido pluricultural, para hacer conocer aquellos que han sido olvidados tratando de enriquecer nuestra perspectiva existencial, memoria de nuestra historia.

En esta línea desde el 2014 junto con el Colectivo 8 de noviembre – formado por artistas, vecinos, maestros y estudiantes – ha realizado intervenciones callejeras, señalando todos los años la figura y valentía de la afrodescendiente María Remedios del Valle, a quien el General Manuel Belgrano, le confirió el grado de Capitana, por su arrojo y valor en el campo de batalla. Es una intervención performática que deja ver, con distintas técnicas y acciones, la huella de los esclavizados y de los naturales en la relación con la arquitectura de la ciudad. Iniciando con el legado jesuítico y culminando con  el trazo de la acequia que alimenta al Tajamar, ha tratado de revelar lo escondido del pasado, del que somos herederos y responsables. Uniendo lo imaginado, lo simbólico, la metáfora y las formas ha trasladado las significaciones con las que habitamos nuestra compleja identidad. Como comunidad confluimos en un espacio tridimensional y humano, marcando el trayecto, el paisaje, la calle y lo hecho por otros. Por ello, el recorrido ensambla temas, tiempos y grupos: muestra el acceso al agua por los pueblos naturales de Paravachasca, los vestigios de su hábitat; reconoce el valor de la ingeniería jesuítica del agua para la producción y el progreso en el período hispánico.

A estas actividades se les sumó la primera experiencia del Carnaval Negro en Alta Gracia, en febrero de 2018.

Estas acciones artísticas del colectivo produjeron: cambios de miradas, los cuerpos se conformaron en testigos con las máscaras confeccionadas por los estudiantes y maestros de la Escuela Manuel Solares; recuperación de espacios de memoria, sean la acequia o los afros esclavizados invisibilizados recordando sus nombre, edad y precio en el remate efectuado por la Junta de Temporalidades posterior a la expulsión de los jesuitas. Estos circuitos, caminos, y nuestro tránsito en ellos son una metáfora porque nos transporta de un lugar a otro y nos lleva hacia delante, con el intento de recuperar otra significación al redimir lo silenciado del pasado, mostrar lo inefable, hacer visible el olvido y la ausencia, enfrentando el vacío de sentido.

Los objetos y las acciones artísticas presentadas sacan al espectador de su espacio reconocido, cómodo y confortable. Marcuse, se ha referido al arte como el rechazo del mundo como es, porque busca un estar y sentir más bello y humano. Involucrar a la comunidad local – con el apoyo de especialistas, pedagogos y sus estudiantes, guías y museólogos – desde la sensibilidad y la participación es la estrategia que abordamos para la valoración de nuestro patrimonio, de compleja construcción, entretejido con el legado intangible que todavía resta reconocer en su totalidad. Inclusive teniendo en cuenta que es una encomienda pendiente que nos debemos, según recuerda la propia UNESCO desde el momento de la declaratoria en el año 2000.

La artista ahonda en la relación entre carnaval, parodia, desenmascaramiento de las voces dominantes. Entiende el arte en su comunicación con lo real, cuando pregunta acerca de lo olvidado/silenciado, cuando en sus representaciones conviven el dolor, del pasado y del hoy, con la exposición de la risa que el presente nos permite. Busca dar corporalidad a esas ausencias, es un entrometerse en el espacio de los otros, en las voces, dar nombres a los silenciados, reaccionar ante la violencia del dominante, por lo que no muestra, porque oculta rostros. El arte enfrenta lo negado, es allí donde lo ético de frente al poder hace la resistencia que el mismo poder permite. La libre combinación de elementos va tras la interrelación de los objetos y una relación dialéctica entre arte y sociedad.