2022 «Memoria Afro: El hilo invisible». Caminata por la acequia de Alta Gracia

Momentos de la pasada Caminata «Memorias Afro, El hilo invisible», por la Acequia Jesuitica de Alta Gracia, el pasado 11 de noviembre de 2022.

Participaron de la actividad el Colectivo 8 de noviembre, la Municipalidad de Alta Gracia, COSAG, , Escuela Manuel Solares, docentes, estudiantes, Escuela de Turismo, Empleados de Museos de la ciudad, y publico en general.

Centrados en la problemática de los Museo y Territorios, este taller-caminata se propuso con la mirada enfocada en abordar a los Museos como espacios complejos a cielo abierto; más aún repensar los museos y sus roles en la post pandemia.

Las actividades pretendían reflexionar y enriquecer la mirada sobre los modos de vida y trabajo de los esclavos afros y comunidad aborigen de nuestra ciudad en siglos pasados y su legado.

Se intenta recuperar en el imaginario a estos cuerpos ignorados, sus nombres, actividades, donde se podrá intercalar un modo de precepción entre tiempo-memoria y espacio, entre lo vivo, lo musical, lo plástico y las formas teatrales, caminando sobre los lugares que ellos trabajaron, integrando con nuestros cuerpos y sentires.

Tratar de mostrar lo que no se dijo, ni vio, entrometerse en el espacio de los otros, de las voces, los nombres de los silenciados. Enfrentar lo negado, donde lo ético se vincula a la resistencia.

El Lugar de encuentro y recorrido fue desde el Parque García Lorca al Tajamar

Primer momento:
– Presentación del espacio Arqueológico Comechingón, Parque García Lorca, hasta que se juntan los dos arroyos, declarado de interés cultural por la Municipalidad de Alta Gracia.

En esta zona se presentó el período prehispánico de la historia de nuestra comarca, por ello propongo el reconocimiento in situ de los morteros de los indígenas que servían para la molienda de granos.

Los objetivos culturales que se consideran para esta instancia son el acceso a los primeros usos del agua en nuestro espacio comarcal, el análisis de los vestigios y usos productivos dejados por los comechingones; además, restituimos lo fascinante de este mundo escondido.

Se destaca el aprovechamiento de los bosques, de las hierbas, y del agua en la conformación de la zona, el uso de las grutas, aleros, para crear el hábitat, sostenido además por la caza y la recolección del chañar, piquillín, molle y algarroba y el maíz principal alimento de América.

Se podrá observar y reparar lo olvidado, lo desconocido, desarrollar una mirada hacia los fragmentos del pasado, sobre lo que hoy encuentro, y lo que voy aprendiendo, dando margen al descubrimiento, la experiencia ante la naturaleza, para la comprensión del legado de los hombres y mujeres que habitaron este espacio.

-Segundo momento: recorrido Jesuita, La ingeniería del agua:
En este recorrido el aporte de aprendizaje estará relacionado con la antigua acequia, trama efectuada para llevar el agua desde el encuentro de los dos arroyos al Tajamar.

Recorrido Jesuita, La ingeniería del agua, período hispánico va del siglo XVI al XIX, y en general geográficamente comprende la unión de los arroyos Los Paredones y Chicamtoltina hasta el Tajamar, en el centro urbano. Este recorrido que denominamos La ingeniería del agua hasta su almacenamiento en El Tajamar, que aún tenemos y que la mayoría de la población desconoce su origen y función productora en el desarrollo de la comarca, cuyo primer antecedente del empleo del agua fueron precursores los antiguos habitantes.

Abordarnos en el encuentro una problemática concreta que transcurria con una puesta interdisciplinaria, participativa, integradora, donde el conocimiento tomará una dimensión también en la vivencia corporal. Podríamos nombrarlo como ¨arte – acción y vida¨
Con el objetivo de unir el recuerdo de la presencia de los esclavos en Alta Gracia, nos centramos en la apropiación y conformación de memorias y espacios en relación con la producción de la otrora Estancia Jesuítica de nuestra ciudad, conmemorando además a María Remedios del Valle, hija de esclavos y nombrada Capitana del Ejército de Belgrano, por su arrojo y valor en el campo de batalla.

Esta experiencia propone activar imágenes invisibles para reconocer aquellos sitios donde trabajaron con fines productivos, entre 270 y 300 esclavos, bajo la tutela de tres frailes. Así intentamos develar la memoria oculta en sitios y paisajes de nuestra ciudad, que muchas veces recorremos sin percibir las huellas de aquellos hacedores.

Estos regadíos de producción, implican una tecnología, un hacer, un espacio que se hace labor. Cada ladrillo, piedra, teja, fue hecho y colocada por mano de obra esclava. Aquí producían, sentían, vivian familias esclavizadas, cuyo lugar de hábitat destinado, es la manzana donde hoy funciona la Escuela Manuel Solares.

Estas tierras fueron destinados a la producción de alimentos, por el aporte y la capacidad transformadora del agua. La producción de dicha gran obra de ingeniería hidráulica, es desconocida por gran parte de la población, aún después de cuatrocientos años sigue en funcionamiento.

Re pensar el pasado histórico y la participación de los afro-esclavizados nos permitirá renovar nuestra memoria y echar una mirada sobre el presente, problematizando como el cuerpo esclavizado ingresa en las lógicas productivas del “nuevo mundo”.

El objetivo, además, es unir los aspectos contemporáneos del valor del agua, como hilo conductor de la memoria, donde nos permita reflexionar sobre naturaleza y cultura. Así unimos Agua, crecimiento, producción y Vida, unida al criterio de comunidad, ligando dichos valores como ejes sustentables del hoy.

El Agua es considerada como elemento primordial del pasado y del futuro, porque alberga el patrimonio de todo lo existente y lo sensible. Considerada en todas las culturas eje del desarrollo de los pueblos como elemento de fertilidad y purificador. Se trata de como devolver a las nuevas generaciones la conciencia de este fundamento de sustentabilidad que de ella emana y dependemos.

El recorrido de la acequia invisible, que alimenta al Tajamar, construido en 1659. Dicho embalse fue el primer desarrollo económico de la Estancia, donde funcionaron dos molinos y un batán. Siendo una de las mayores productoras de mulas y ganado, cereales. También nos pone en contacto con otros saberes que se desarrollaron en la Estancia como fabricar jabones, velas, curtir cueros, aperos, riendas, sillas de montar, frenos, cinchas, que forman parte del atuendo de caballos, oficios como panaderos, albañiles, boticarios, picapedreros, tejedurías de lanas, ponchos, alfombras, donde tendremos la intención de recordar y valorizar como base de nuestra identidad ligada a la producción y fue silenciada.

Como país atravesamos preocupaciones identitarias. En esta caminata, como vecinos tratamos de conocer estas identidades, cuestionando el poder ejercido sobre los cuerpos esclavizados, que trabajaron arrancados de sus tierras, dolorosamente. Y como consecuencia acarrearon discriminación, sometimiento, ignorancia y silencio.

De este modo con la libre combinación de elementos donde siempre está la pregunta del arte acerca de la interrelación de los objetos, es una relación dialéctica entre arte y sociedad. Arte- comunicación, entre lo real que nos transporta a preguntar acerca de lo olvidado/silenciado.

Al pasar por el ritual del Agua, festejamos la sanación del olvido y la recuperación de la Memoria. Considera que la presente propuesta se adecua a los lineamientos dados por la UNESCO, en relación a la Ruta del Esclavo como un espacio pedagógico que promueva nuevos conocimientos identitarios en la comunidad y que a su vez promueva la cultura y el turismo, abriendo una mirada abarcadora donde el hilo de agua atraviesa zigzagueante la trama urbana de nuestra comarca .